domingo, 19 de abril de 2009

LAS ETAPAS DEL AMOR II: EL DESENCANTO O EL ROMPIMIENTO DE LOS ESPEJOS

La ley del fuego es consumirse.
Michel Quoist


En el artículo anterior (El enamoramiento: estrés del deseo) he explicado la inhibición del deseo sexual que da lugar al proceso fisiológico del enamoramiento. Además de producirse los intrincados cambios bioquímicos en nuestro organismo, se producen a nivel cognitivo una serie de constructos que dan lugar a los juegos psíquicos de la atracción.

El concepto de constructo cognitivo proviene de la filosofía de Kant (1724-1804): consideraba que la realidad era aprehendida a partir de la construcción de esquemas mentales, los cuales son las referencias de la realidad. No es necesaria la presencia real del objeto, sino que se le da sentido a partir de la existencia de esquemas mentales predeterminados. En ese sentido, son dos las fuentes del conocimiento: la primera es la recepción simple del objeto, la segunda es su representación a partir de la organización que le da el pensamiento[1].

Los postulados kantianos retornan al pensamiento idealista de Platón según el cual la realidad es inaprensible porque no podemos conocer la esencia de las ideas. En “La República” el filósofo griego recurre a una historia: delante de una caverna están unos prisioneros que no pueden moverse porque se encuentran encadenados. La caverna es iluminada por una fogata, entre el fuego y los reos existe un camino cercado por un muro donde se reflejan los objetos que manipulan los hombres que están dentro de la cueva. Platón reflexiona de esta manera: “¿crees que esos hombres han visto de sí mismos o de otros algo que no sean las sombras proyectadas por el fuego en la caverna, exactamente enfrente de ellos…Si, pues, tuviesen que dialogar unos con otros, ¿no crees que convendrían en dar a las sombras que ven los nombres de las cosas?”[2] .

Piaget (1896-1980) desarrolla la Psicología Genética a partir del postulado de que la realidad es una construcción de la mente. Según el biólogo suizo organizamos la realidad a partir de tres procesos cognitivos: la acomodación, la asimilación y la adaptación. Cuando detectamos un estímulo nuevo necesitamos acomodarlo a una representación previa, es decir lo comparamos con nuestra experiencia, luego lo adaptamos para darle sentido y finalmente lo asimilamos al interiorizarlo como un concepto[3].

El psicólogo cognitivo George Kelly (1905-1967) aplica la concepción de la construcción de lo real a partir de esquemas mentales al estudio de la personalidad, para ello acuña el término “constructo personal”, definido como la organización de la realidad a partir de similitudes y diferencias entre el objeto percibido y la hipótesis elaborada desde la experiencia. Por eso un hecho puede ser interpretado de distintas maneras dependiendo del constructo personal de los observadores[4]

Existe evidencia en el campo neuropsicológico que confirma las teorías constructivistas de Piaget y Kelly. Por ejemplo, en el campo de la percepción visual se ha establecido que vemos aquello que es reconocido por los mapas visuales corticales, es por eso que podemos afirmar que el color y el movimiento de los objetos son construidos por la corteza cerebral. Zeki (1995)[5] denominó a esos esquemas corticales “mapas construccionales”. La construcción del color de un área del cerebro debe comparar información que procede al mismo tiempo de varias zonas del campo visual, lo propio pasa con la percepción de la forma: se relacionan unas partes adyacentes con otras para definir la estructura de un objeto y luego poderlo identificar como un estímulo visual.

En el estudio del dolor Vilayanur Ramachandran logró explicar el fenómeno de los “miembros fantasmas”[6] al llevar a cabo experimentos ingeniosos que demostraron que en el cerebro continúa existiendo la representación de la parte amputada como si ésta aún estuviera presente[7]. A partir de esos estudios, el neurocientífico hindú concluyó: “nuestro propio cuerpo es un fantasma…construido por nuestro cerebro a su conveniencia”[8].

Cuando nos enamoramos, los cambios biológicos son impetuosos y por lo tanto ocasionan un alto nivel de incertidumbre. El cerebro humano le debe dar lógica a todo lo que percibe, Aleksandr Luria demostró que la región anterior del lóbulo frontal es la zona más importante para organizar el mundo[9], cuando se lesiona altera la capacidad de organización de la actividad psíquica.

Vivimos en la ilusión de la certidumbre, el cerebro nos engaña para evitar el caos, todo debe ser organizado. Por ejemplo, las manchas del test de Rorschach no significan nada, pero cuando el psicólogo pide que el paciente diga lo que ve en ellas, la persona empieza a darle sentido a cada una de ellas, después el psicólogo otorga significado a las percepciones del paciente, convirtiéndose en un juego del sentido de lo que no tiene sentido: las interpretaciones del paciente en primer lugar y las interpretaciones de las interpretaciones del paciente por parte del psicólogo en segundo lugar.

Gazzaniga planteó que nuestro cerebro sabe antes que nos demos cuenta de lo que hemos percibido pero nos crea la ilusión de que las cosas pasan durante el tiempo real y no antes de la participación de nuestra conciencia[10]. Los argumentos de Gazzaniga dan la razón a los descubrimientos de Joseph LeDoux[11] sobre la doble vía de recepción de los estímulos emocionales. Según este psicofisiólogo, existen dos caminos por los cuales recorre el impulso nervioso que fue activado por un estímulo que irá a desencadenar una respuesta emocional: el primero impacta sobre el tálamo sensorial el cual inmediatamente precipita la actividad del núcleo amigdalino, éste comandará la segregación de noradrenalina para que los músculos reaccionen precipitando conductas de huida; el segundo es más largo, del tálamo sensorial el impulso nervioso se dirigirá a la corteza cerebral para que ésta reciba, analice, organice y de sentido al estímulo.

Las emociones son señales de preparación para la acción ante situaciones que implican riesgo para nuestra supervivencia[12]. El deseo sexual es una emoción que a diferencia de las otras (miedo, rabia, etc.) no es activada por un evento amenazante, sino que se produce ante una estimulación que ocasiona el impulso de responder genitalmente.

Las hembras de nuestra especie a diferencia de la mayoría mamíferas[13] no manifiestan un periodo de celo, estando dispuestas a la cópula siempre y cuando se active su deseo, lo cual es probable que se relacione con la alta mortalidad infantil debido a las dificultades del parto y las contingencias nefastas para los bebés en la naturaleza[14]. Al parecer el sistema neural de activación del deseo es distinto en varones y en mujeres, en ellos el deseo es principalmente activado por estímulos externos, en ellas la activación proviene de los cambios fisiológicos internos.[15][16] En ambos sexos, la excitación conlleva un estado alterado del organismo, por lo que la corteza cerebral se encarga de darle sentido.

En relación a la primera forma de excitación –externa-, Pipitone y Gallup (2007) descubrieron que la voz femenina es distinta en función al momento de su ciclo menstrual, resultando más atractiva para los varones durante la etapa fértil, las mujeres que alteran su ciclo a través de pastillas anticonceptivas no manifiestan la variación sonora de su voz[17].

Rupp y Wallen[18] estudiaron las diferencias de la excitación sexual a partir de estímulos visuales en varones y mujeres. Encontraron que los hombres parecen ser más influidos por imágenes sexuales independientemente del estado de su organismo y de sus creencias; mientras que en las mujeres la respuesta varía dependiendo de su estado fisiológico y de las actitudes hacia las fotografías eróticas.

Además de la excitación visual y auditiva, varias investigaciones muestran la importancia del olfato en los seres humanos en la atracción sexual[19]. Por ejemplo, el estudio de Penn, Grammer y Oberzaucher demostraron que cuando una mujer segrega la hormona copulina[20], los niveles de testosterona aumentan en su pareja sexual masculina a la par que segrega androstenona[21] que produce un olor que aleja a las mujeres que no están ovulando y atrae a las que sí lo están[22].

En cuanto a la activación del deseo por cambios hormonales internos, Katherine Hirschenhauser analizó el contenido de testosterona en la saliva de veintisiete varones todos los días durante tres meses, también se les solicitó información sobre su actividad sexual, la intensidad de la misma y si la llevaban a cabo con su pareja habitual. En todos los hombres examinados, se presentaron subidas y bajadas de los niveles testosterona, principalmente en aquellos que con su pareja buscaban un embarazo: el incremento de la testosterona coincidía con los periodos de actividad sexual intensa[23].

Por su parte James Pfaus y Lisa Scepkowski se les dio a oler copulina impregnada en hisopos de algodón a un grupo de voluntarios, mientras que a otro grupo se les hizo oler una sustancia con olor parecido. El resultado fue que los hombres que habían olido la copulina tuvieron un incremento de 100 y el 150 por ciento de testosterona. La conclusión es que las mujeres segregan la feromona copulina en sus fluidos vaginales que activan la producción de testosterona en su pareja[24]. Otros estudios conllevan a sustentar la hipótesis según la cual la atracción sexual es consecuencia de la activación de ciertas áreas cerebrales a partir de la precipitación de sustancias emitidas por la persona o por la propia segregación interna de hormonas asociadas a los cambios biológicos del ciclo reproductivo[25]

La atracción sexual dura máximo dos años según el estudio de Donatella Marazziti[26] sobre el contenido de neurotrofinas[27] en la sangre de un grupo de voluntarios quienes previamente fueron clasificados según una escala de amor. Marazziti observó que con el pasar de los años las hormonas del deseo dan lugar a mayor secreción de la “hormona de la ternura”, la oxitocina.

El proceso de encantamiento se inicia con la activación biológica del deseo que genera un estado alterado del organismo, el impulso de cópula no es satisfecho por lo que la persona busca una explicación racional, usualmente asumirá que los sentimientos que lo afectan se asocian con la persona con la que se coincidió durante la explosión de las sustancias “afrodisíacas” en su organismo.

Hoy en día son comunes los “enamoramientos” a través de la Internet, han surgido como una forma post moderna de amor Platónico[28] . Cornwell y Lundgren compararon las relaciones entre personas que establecieron un vínculo amoroso a través del chat y parejas que se relacionaron en un espacio “real”. Encontraron que las parejas “informáticas” establecían menor compromiso en comparación con las otras; además identificaron más engaños sobre las características de personalidad y en los datos de actividades en las primeras que en las segundas[29].

Daneback, Månsson y Ross[30] investigaron a1458 usuarios suecos que emplearon la Internet con intenciones de establecer relaciones sexuales. 35% varones y 40% mujeres informaron que tuvieron encuentros sexuales con las personas que conocieron a través de la Internet. Los investigadores no encontraron relación entre los encuentros sexuales con personas que se conocieron por Internet con infecciones sexuales ni tampoco con historias de maltrato.

Alesandra Dela Coleta y sus colaboradores [31]estudiaron las expectativas amorosas de 58 parejas brasileñas que establecieron vínculos amorosos a través de la Internet, encontraron que la mayoría de ellas tarde o temprano exigieron el encuentro cara a cara, no identificaron diferencias entre las características del enamoramiento posterior en comparación con parejas que establecieron su relación amorosa en el contexto real.

Si no existen diferencias entre las parejas que se conocieron “realmente” con aquellas que utilizaron el recurso de la Internet entonces ¿por qué algunas parejas logran tener éxito en su relación y otras no? Todo tiene que ver con el afrontamiento del desencanto.

Retornemos a la caverna de Platón. El filósofo termina su reflexión de la siguiente manera: “Considera pues la situación de los prisioneros, una vez liberados de las cadenas y de su insensatez…cuando alguno de ellos quedase desligado y se le obligase a levantarse súbitamente, a torcer el cuello, y con el centelleo de la luz se vería imposibilitado de distinguir los objetos cuyas sombras percibía con anterioridad. ¿Qué podría contestar ese hombre si alguien dijese que entonces sólo veía nimiedades?... ¿No piensas que le alcanzaría gran dificultad y que vería las cosas vistas anteriormente como más verdaderas que las que ahora se muestran?[32]

Tarde o temprano las personas fascinadas por el enamoramiento tendrán que reconocerse mutuamente y decidir si vale o no la pena seguir juntas. Al igual que el prisionero desatado en la historia de la caverna, dejará de ver la sombra de quien se enamoró para reconocerla de frente.

Todas las personas enamoradas sufren los efectos de la “disonancia cognitiva”, teoría desarrollada por Leon Festinger (1919-1989)[33]. Según este psicólogo social, no toleramos la incongruencia entre nuestras creencias y los hechos, cuando ocurre, se produce una crisis emocional que se busca resolver a través de racionalizaciones. El mejor ejemplo es la fábula de Esopo “La zorra y las uvas”: una zorra hambrienta se topó con una parra, trató de alcanzar las uvas saltando hacia ellas, una y otra vez, exhausta abandonó la tarea, mientras se decía a sí misma “ni modo…estaban demasiado verdes”.

Ante la incertidumbre causada por el deseo, buscamos referentes afectivos para disminuirla; requerimos un esquema mental para comparar la nueva experiencia. Hendrix[34] opina que confundimos a nuestra pareja con los referentes afectivos de la infancia. Durante el juego de seducción ambos enamorados presentarán al otro una imagen que reduzca el caos del éxtasis sexual para atraerse. A la imagen que presentamos para “atrapar” al otro es la “imago”.

La imago es un modelo que responde a las experiencias infantiles positivas, aquello que nos hizo bien y que pensamos que será agradable para el otro, una combinación de los rasgos masculinos y/o femeninos de las personas que nos quisieron o de aquello que nos hubiera gustado recibir de ellos. Esperamos también que la otra persona tenga los atributos necesarios para satisfacer nuestras expectativas de relación afectiva. Durante los primeros encuentros, los enamorados harán de todo para conquistar al otro, ambos tratarán de controlar aquellas facetas de su personalidad que consideran repulsivas y alentarán las que piensan que son fascinantes.

Ninguno de los enamorados sabe con precisión si el otro realmente está atraído por las imágenes que se le muestran, por ejemplo, uno puede estar seguro que el otro se siente atraído por la delicadeza mientras oculta su torpeza, y el otro estar más atento a la inteligencia. Se trata de un juego de imágenes, como el encuentro de dos espejos, puesto que según Hendrix cada quien proyecta en el otro sus propias necesidades.

El estudio sobre el apego adulto está dando la razón a la teoría de Hendrix. Bartholomew[35] considera que el enamoramiento necesariamente activa el estilo de apego infantil[36]. Feeney y Noller[37] establecen que el apego seguro de la infancia augura una buena relación de pareja, mientras que el apego ansioso y el ambivalente se relacionan con la patología conyugal.

a) Apego seguro: se desarrolla en un niño o niña que ha tenido relaciones cálidas con sus cuidadores.

En su vida amorosa construye imágenes más coincidentes con la realidad de su pareja. Son capaces de sentir confianza y de provocar intimidad, además de fomentar el compromiso.

Cuando se desencantan reconocen su error y rompen la relación. Si el otro coincide con sus expectativas pero ellos no con las de su pareja, sufren el dolor del amor no correspondido pero finalmente dejan partir.

b) Apego ansioso: las personas que desarrollaron apego ansioso durante su infancia son los tuvieron cuidadores distantes y con tendencia al rechazo.

Prefieren relaciones de pareja distantes, desconfían de las intenciones del otro, evitan cualquier posibilidad de depender y construyen su relación en función a sí mismos sin considerar las necesidades del otro. Juegan con los sentimientos de sus parejas, tienden a las relaciones eventuales sin considerar su relación formal.

Lo más importante en su vida amorosa es mantener la distancia, temen perder la autonomía por lo que hacen pocas revelaciones íntimas. Se desencantan cuando el otro trata de conocerlos, por ello sus relaciones son breves y sin apasionamiento. Rompen la relación cuando el otro se encuentra más involucrado en el afán de amarlos.

No entienden que su pareja puede desencantarse de ellos, por lo que recurren a la violencia para hacerles entrar en “razón”. Muchos no llegan al desencanto porque no tienen referentes de amor legítimo en sus vidas, así que no se enamoran, sino que simplemente responden a los mandatos del deseo.

c) Apego ambivalente: ocurre en niños que tienen cuidadores injustos, algunas veces son cálidos otras distantes, pueden ser castigados y premiados por la misma conducta, quienes los cuidan son personas ansiosas o angustiadas.

Su vida amorosa se caracteriza por intensos enamoramientos, idealizan con facilidad a la persona, establecen la convivencia con premura sin darle tiempo al desencanto. Son posesivos y celosos porque no poseen seguridad emocional. Les cuesta mucho sentirse satisfechos con lo que reciben, piensan que dan demasiado y reciben muy poco a cambio. Son extremos en sus sentimientos, pasan del amor al odio con facilidad porque no toleran que el otro no se ajuste a sus exigencias.

El desencanto es una experiencia devastadora para este tipo de personas, no pueden aceptar que el otro sea distinto a la imagen que construyeron, por lo que se aferran a su ilusión romántica. El amor no correspondido es una experiencia que no pueden asimilar, porque no son capaces de ponerse en el lugar del otro sin apartarse de sí mismos. Se exigen a sí mismos amar al otro aunque no coincida con la realidad y exigen ser amados por el otro aunque la evidencia demuestre que no son la persona esperada por el otro.

Los espejos deben romperse para que se produzca el encuentro y se defina la continuidad de la relación a partir de propuestas puestas en común y planes para el futuro. El desencanto en lugar de ser una experiencia nefasta es un requerimiento para la construcción del amor. Las sombras no pueden ser abrazadas, es imprescindible abrir los ojos para que los amantes puedan contemplar sus almas y decidir si quieren compartir sus vidas sin entorpecerlas.

La película Shrek[38] muestra el final feliz de la etapa del desencanto: el ogro Shrek estaba enamorado de la princesa Fiona que de día era humana y de noche se transformaba en ogra. Fiona era víctima de un hechizo que sólo podía romperlo un beso de amor, el ogro la besa y ella queda convertida en ogra para siempre, lo cual hace felices a ambos.

Ante el desencanto hay dos alternativas saludables y una patológica. Las saludables se relacionan con el afrontamiento que el otro no es la imagen que hemos elaborado, no es una figura de nuestro pasado, es alguien independiente de nuestros deseos. Si estamos dispuestos aceptamos a la persona como es y si no terminamos la relación. La relación patológica conlleva la magnificación de la imagen en detrimento de lo que el otro es, podemos encapricharnos negando las diferencias de valores e intereses e insistir en mantener el falso vínculo o si el otro decide romperlo, manipular para evitar su alejamiento.







[1] Kant, E. (1781/1983) Crítica de la razón pura. (Selección y comentarios de Vial, J.) Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
[2] Platón (¿390-385 A,C.?/2000) La República. (Traducción: Márquez, F.) Madrid: Edimat. (Pág. 272)
[3] Piaget, J.(1957/1982) La construcción de lo real en el niño. Buenos Aires: Nueva Visión
[4] En: Botella, L., Feixas, G. (1998). La teoría de los constructos personales: Aplicaciones a la práctica psicológica. Barcelona: Laertes.
[5] Zeki, S. (1995) Una visión del cerebro. Barcelona: Ariel
[6] Cuando una persona sufre una amputación suele manifestar sensaciones (dolor, escozor, movimiento, etc.) que le llegan del lugar donde antes estaba la parte del cuerpo ahora faltante.
[7] Ramachandran, V.S., Blaskeslee, S. (1999) Phantoms in the Brain: Probing the Mysteries of the Human Mind. Nueva York: Harper Perennial
[8] Ramachandran, V. en: Doidge, N. (2008) El cerebro se cambia a sí mismo. Madrid: Aguilar. (Pág. 193).
[9] Luria, A.R. (1979) El cerebro humano y los procesos psíquicos. Barcelona: Fontanella
[10] Gazzaniga, M. (1998) El pasado de la mente. Santiago de Chile: Andrés Bello.
[11] LeDoux, J. (1999) El cerebro emocional. Madrid: Ariel/Planeta.
[12] Vila, J. (19909 Activación y conducta. En: Palafox, S., Vila, J. (1990) Motivación y emoción. Granada : Alhambra :Universidad. Págs. 1-45-
[13] Las hembras de los bonobos tampoco entran en celo, al igual que las humanas están prestas para la cópula en cualquier momento. Ver: De Waal, F. (1997) Bonobo: The Forgotten Ape. Califormia: University of California Press.
[14] Goodall, J. (1986) En la senda del hombre. Barcelona: Salvat
[15] White, J., Nicholas,T., Gritton, J., Truong, L., Davidson, E., Jorgensen, E. (2007) The Sensory Circuitry for Sexual Attraction in C. elegans Males. En: Current Biology Vol 17, Nº 12. Págs. 1847-1857-
[16] Es importante señalar que la división entre estimulación externa e interna es una apreciación simplificada de los complejos procesos de organización de la actividad sexual humana, puesto que no se trata de un organismo pasivo ante el contexto ambiental y fisiológico.
[17] Pipitone, R., Gallup, J. (2007) Women’s voice attractiveness varies across the menstrual cycle. En: Evolution and behaviour.Vol. 29, Nº 4. Págs. 268-274
[18] Rupp, H., Wallen, K. (2008) Sex Differences in Response to Visual Sexual Stimuli: A Review. En: Archives of Sexual Behavior. Vol. 37, Nº 2. Págs. 206-218.
[19] Grammer, K., Fink, B., Neave, N. (2008) Human pheromones and sexual attraction. En: European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology. Vol. 118, Nº2. Págs. 135-142.
[20] La copulina es una hormona femenina segregada durante la ovulación (el periodo fértil de la mujer), Astrid Jutte la ha identificado como una potente feromona humana. Para profundizar ver: Borgarelli, P. (2007) Aporte para el conocimiento anatomo-funcional del órgano vomeronasal humano y su probable relación con la conducta socio-sexual. En: Revista Alcmeon, Vol. 14, Nº1. Disponible en: http://alcmeon.com.ar/14/53/borgtotal.pdf
[21] Androstenona: feromona humana que al ser expelida produce en la mujer la sensación que se encuentra delante de un hombre dominante (macho alfa) ocasionando la activación del deseo; en cambio, cuando es percibida por otros varones, la sensación es que se está en presencia de un competidor. Información disponible en: http://www.feromonas.org/index.html?lang=es&target=d13.html
[22] Penn, D., Oberzaucher, E., Grammer, K., Fischer, G. Soini, H., Wiesler, D. Novotny, M., DixonS., Xu, Y. Brereton, R. Individual and gender fingerprints in human body odour. En: Interface. Journal of the Royal Society. Vol. 4, Nº 13. Págs. 331-340.
[23] Hirschenhauser, K., Oliveira, R. (2005) Social modulation of androgens in male vertebrates: meta-analyses of the challenge hypothesis. En: Animal Behaviour. Vol. 71, Nº 2. Págs. 265-277
[24] Pfaus, G., Scepkowski, L.A. (2005) The biologic basis of libido. En: Current Sexual Health Reports. Vol. 2, Nº4. Págs. 95-100
[25] Por ejemplo ver: Pfaus, G., Scepkowski, L.A., Georgescu, M. Neuroendocrine factors in sexual desire and motivation. Disponible en: http://csbn.concordia.ca/Faculty/Pfaus/docs/Scepkowski,Georgescu,Pfaus%20(2006).pdf
[26] Marazziti, D. (2005) The neurobiology of love. En: Current Psychiatry Reviews.
[27] Las neurotrofinas son proteínas que sirven para proteger a las neuronas y permitir el desarrollo de conexiones óptimas entre ellas.
[28] Seiden, H. (2004) Creating Passion: An Internet love story. En: Journal of Applied Psychoanalytic Studies. Vol. 3, Nº1. Págs. 187-195
[29] Cornwell, B., Lundgren, D. (2001) Love on the Internet: involvement and misrepresentation in romantic relationships in cyberspace vs. realspace. En: Computers in Human Behavior Vol. 17, Nº. 2. Págs. 197-211.
[30] Daneback, K., Månsson, S., Ross, M. (2007) Using the Internet to Find Offline Sex Partners. En: Cyber Psychology and Behavior. Vol. 10, Nº1. Págs. 100-107.
[31] Dela Coleta, A., Dela Coleta, M., Guimarães, J. (2008) O amor pode ser virtual? O relacionamento amoroso pela Internet. En: Estudios de Psicologia. Vol. 13, Nº 2. Págs. 277-285.
[32] Platón, ob.cit. (Pág. 272)
[33] Festinger, L. (1957) A theory of cognitive dissonance. Illinois: Row.
[34] Hendrix, H. (1997) Conseguir el amor de su vida. Buenos Aires: Obelisco.
[35] Bartholomew, K. (1990) Avoidance of intimacy: an attachment perspective. En: Journal and Personmal Relationships. Vol.7. Págs. 147-178.
[36] La teoría del apego (Attachment) fue desarrollada por John Bowlby (1907-1990). El apego se refiere a la forma cómo el niño desarrolla el vínculo afectivo con sus cuidadores. Par profundizar ver: Bowlby, J. (1984) Attachment and loss (Vol. 1) Harmondsworth: Penguin
[37] Feeney, J., Noller, P. (2001) Apego adulto. Bilbao: Desclée.
[38] Shrek: película de dibujos animados por sistema digital dirigida por Andrew Adamson y Vicky Janson; basada en el libro de William Steig.

1 comentario:

Andrea dijo...

Brillante articulo!!