miércoles, 4 de enero de 2017

En los guantes de Diego Zamora



En los guantes de Diego Zamora
Por: Bismarck Pinto Tapia, Ph.D.

Cuiusvis hominis est errare: nullius nisi insipientis, in errore perseverare[1]
Cicerón

El jugador de fútbol o cualquier otro profesional, antes de ser el rol asumido son personas. Como tales enfrentan los dilemas comunes a los seres humanos, viven en incertidumbre buscando el sentido de sus vidas. Algunos encuentran en su rol el camino para su realización, los más decididos son capaces de dejar todo para embarcarse en la incansable búsqueda de la perfección.
Además del esfuerzo ineludible para ser el mejor se requiere de la oportunidad. Muchos postulan a un puesto de titular en los grandes equipos, pocos muy pocos en verdad, son los que alcanzan su incorporación. En ese sentido, la carrera de Lionel Messi es extraordinaria, pequeño, con una enfermedad asociada a su crecimiento físico, a pesar de todo se esforzó y tuvo la oportunidad de jugar en el Barcelona para concretarse en uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol[2].
Diego Zamora Roca no es una excepción, es una persona que encontró en el fútbol el sentido de su existencia. Nace en Tarija el 12 de septiembre de 1993, fue arquero suplente del club Bolívar del 2011 al 2014, luego integró el club Nacional Potosí desde el 2014 al 2015, a partir de ese año hasta el presente retornó al Bolívar. Fue suplente de  Romel Quiñonez quien sufrió una severa lesión permitiendo a Zamora ser el arquero titular desde el 2016.
El arquero es un personaje sui generis en la cancha, no es como el resto de los jugadores[3], como lo retrata Dixon Acosta a propósito del suicido de  arqueros:

Cavilando sobre el tema, uno puede fijarse en la figura solitaria del arquero. En efecto, este personaje parece solista en medio de una orquesta. El portero es un hombre solo rodeado de la multitud expectante. Mientras los demás jugadores pueden ocultarse en diversos rincones del césped, este ermitaño cubierto por la vergüenza y los guantes, debe permanecer atento a la espera de algún ataque fulminante, un balonazo hiriente, sin contar los insultos, ofensas y burlas que el público vocifera a sus espaldas. El guardameta es una especie de prisionero, un reo sin derecho a juicio en una pequeña cárcel con tres grandes barrotes y una red de la cual no puede escapar. Este prisionero de la naturaleza imprevisible del fútbol será condenado sin remedio en caso de la derrota de su equipo, sobre todo si el infausto resultado se coló entre sus piernas cuando el tiempo del partido estaba a punto de expirar. En esas condiciones, resulta explicable que de vez en cuando algún guardavalla termine suicidándose, el único gol que quizás pueda hacer en su vida”.[4]

Hubieron casos dramáticos de formidables arqueros que cometieron errores inverosímiles costando un partido o peor aún un campeonato, fallaron Manuel Neuer[5], Gianluigi Buffon[6], Iker Casillas[7], Víctor Valdez[8].

Bolívar perdió el campeonato en el partido contra Sports Boys el 21 de diciembre. Empataba 2 a 2, con ello le era suficiente para salir campeón, sin embargo a los cien minutos del partido, en tiempo complementario, Vargas metió el gol que significó una de las más dramáticas derrotas del Bolívar. Quedó esperar la definición del campeonato enfrentando a The Strongest, con el equipo diezmado por expulsiones y con la  moral por los suelos Bolívar fue presa fácil de su tradicional rival.

Las redes sociales coincidieron en achacar a Zamora la responsabilidad por la pérdida del título. El partido empatado estaba por terminar, hasta que se produce una falta de parte de los cruceños en contra de Callejón, la cual amerita tarjeta roja para el ofensor. Inmediatamente se produce una gresca entre jugadores de ambos equipos iniciada por Arce quien propina golpes a diestra y siniestra que le costarán la expulsión. Con el descontrol emocional de todo el equipo bolivarista, sobreviene un centro del equipo rival desde el medio de la cancha, en la defensa se encuentran cinco jugadores bolivaristas y dos de Sports Boys, es claramente una jugada inocua, sin embargo, Zamora decide salir de su área, lo hace tan mal que entorpece la acción de su defensa, se produce un rebote, la pelota llega a los pies de Vargas quien chutea impecablemente introduciendo la pelota a las redes…todo acabó[9].

¿Por qué fue un error del arquero? No consideró los principios técnicos de la salida en juego aéreo. En primer lugar, la salida es un recurso que debe manejar un portero, segundo, debe estar seguro de alcanzar la pelota antes que el adversario. Si analizamos la jugada del gol, vemos que delante del arquero cinco defensas se ordenan para el despeje, por lo tanto no era necesaria la salida. La salida de Zamora entorpece el trabajo de la defensa, además salta sin la precisión suficiente para dominar la pelota.

Si bien la salida del guardameta en juego aéreo es una de las técnicas más difíciles, uno profesional la debe dominar[10]. ¿Qué pudo pasar? Desde la tribuna y las transmisiones televisivas he podido apreciar las reacciones de Diego durante el campeonato. Indudablemente se trata de un buen arquero, ha salvado en incontables situaciones de que su valla se vea abatida. Tiene reflejos extraordinarios y sabe adelantarse a las jugadas. Pero tiene un gran defecto: impulsividad.

Durante mucho tiempo la Psicología del Deporte elogió a la agonistíca. La motivación extrema de los deportistas ante la urgencia de la victoria[11]. Se suponía que la ejecución dependía del nivel de furia deportiva. Hoy sabemos que no es así, el deportista debe aprender a manejar la ansiedad y el enojo. Un ejemplo de cómo el adversario puede aprovecharse del descontrol del rival es el inolvidable cabezazo que Zinedine Zidane le propinó al italiano Materazzi en el Campeonato Mundial del 2006[12]. Se supo después que el defensor provocó verbalmente al notable jugador francés.

Es sabido que los jugadores latinos se caracterizan por altos niveles agonísticos, seguramente útiles en los combates guerreros, pero no en los deportivos. Los equipos argentinos son los más revoltosos en nuestro continente[13]. Los futbolistas bolivianos pierden fácilmente el control. No olvidaré la expulsión de Etcheverry ante Alemania, luego de cuatro minutos de su ingreso entró con tanta furia que no pudo controlarla[14].

En Bolívar Juan Carlos Arce pierde los estribos con facilidad, reclama al árbitro, se enardece cuando lo golpean, puede fallar goles fáciles y puede cometer faltas ingenuas; lo propio acontece con Pablo Escobar en The Strongest. Dos jugadores extraordinarios que ven mermado su rendimiento por la carencia de recursos de autocontrol.

Volvamos al análisis de Zamora. Instantes antes al fatídico gol, faltaba poco para la terminación del partido, todos los jugadores estaban ansiosos, Cellerino es expulsado por una falta ingenua, poco después se produce una arremetida contra Callejón, Arce se descontrola, probablemente contagia a los demás. En los guantes de Zamora, es segura la ebullición de la ansiedad, las ganas de ser campeón asociada al  miedo de perder. Viene el centro indefenso, pero hay muchas emociones desbordadas, pensar racionalmente es difícil…en fin, ante la cercanía de la pelota simplemente reacciona. Y lo demás es historia.

La hinchada no sabe psicología, sólo sabe ganar, el sentido de su presencia es la victoria, la derrota no está en sus planes. Los jugadores de dividen en héroes y villanos.  No existe el otro equipo, es imposible identificar sus virtudes. Toda la atención está centrada en los nuestros, los otros son eso, otros, unos extraños a los que se debe vencer. Nadie recuerda que odiaba a Flores cuando jugaba en The Strongest, ahora es de nosotros, siempre fue de nosotros. Maradona no entendía por qué los italianos lo despreciaban, si gracias a él resucito el Nápoli[15].

El jugador de fútbol pierde su humanidad para convertirse en un símbolo. Es el héroe no es la persona. Las estrellas sufren por su pérdida de vida privada, todo lo que hacen y no hacen es noticia, se sabe que Ronaldo tiene una nueva novia[16] o que Messi fue pillado en una farra[17]. Azkargorta decía de esta condición: “no se puede ser futbolista a ratos”[18]. Parafraseando: “Zamora no puede ser futbolista a ratos”. Nadie piensa en la integridad del jugador, a no ser los más allegados[19]. Recuerdo con emoción el debut de  Jaime Arrascaita, al terminar el partido con lágrimas en sus ojos dedicó su actuación a su familia y a su pueblo. Qué dolor para quienes lo quieren cuando se lesionó y tuvo que dejar las canchas por un tiempo. Pero a nadie le importa…es un gladiador, debe vencer o morir

En el partido del Bolívar contra The Strongest, Zamora evitó acercarse a la barra bolivarista a pesar de que ésta lo vitoreaba. ¡Es humano! Siente vergüenza por su error. Pero tiene el coraje suficiente para volver a jugar y lo hace muy bien, ahoga dos goles cantados del Tigre.

Si la hinchada es irracional, la mayoría de los dirigentes no ven personas en los jugadores, les preocupa el negocio. No interesa la vida personal del jugador, para nada, la inversión será sobre su rendimiento no sobre su existencia. Así un jugador con graves problemas familiares debe jugar el partido sí o sí. Pasó dramáticamente con un jugador boliviano quien tuvo que jugar a pesar de la muerte de un ser querido. Desgraciadamente no es un fenómeno exclusivo del fútbol sino de todos los deportes. Una película que retrata dramáticamente esta situación es “Manos de Piedra”, sobre la vida del boxeador panameño Roberto Durán.

Lamentablemente para el deporte boliviano, no se considera la importancia del Psicólogo Deportivo. Se trata de un profesional entrenado en los aspectos mentales asociados con el rendimiento y la vida de los deportistas. Conoce las técnicas necesarias para el control emocional. No es lo mismo que un Psicólogo Clínico ocupado de resolver problemas emocionales; sino de un especialista en los procesos psicológicos ligados a la actividad deportiva. Escuché a entrenadores y médicos de nuestros equipos anunciar que ellos se hacen cargo de la psicología de los jugadores. ¿Cómo es posible? No se trata de dar charlas o aconsejar a los deportistas, sino de realizar con ellos un trabajo profundo en el manejo de sus condiciones emocionales y cognitivas, y en el caso de los futbolistas: de sus relaciones interpersonales dentro del equipo, con los técnicos y dirigentes.

Nuestros jugadores necesitan utilizar técnicas para el manejo de sus emociones, recursos muchas veces sencillos que permiten el incremento notable del rendimiento[20]. Para algunos equipos el trabajo de los psicólogos es indispensable[21].

Diego Zamora fue preso de sus emociones, el amor a la camiseta hizo que actúe con agonística y no con racionalidad. Si bien es el responsable directo de su error, su accionar fue consecuencia del caos generado por una sucesión de reacciones colectivas, incluyendo quizás a las del entrenador. ¡Seremos campeones en segundos! Quizás algo así pasó por la mente de los jugadores, dejaron  de lado la técnica y la estrategia, simplemente respondieron a sus impulsos: todos, no solamente Dieguito…todos se descontrolaron…la culpable de la derrota fue la “garra”…esas ganas ciegas de triunfar.

Zamora seguirá su vida, lo que pasó será una de las más amargas anécdotas para contar a sus hijos. Ojalá el Club le otorgue el apoyo que necesita, como hicieron en el Real Madrid con Iker Casillas[22].

La vida es más que el fútbol, si bien se parece a éste, es un juego donde un error cometido en segundos puede destruir nuestra existencia. Un partido de fútbol es una de las mejores metáforas de la vida. Lo que ha pasado con Bolívar pasa en la cotidianeidad de muchas personas. La prisa, el entusiasmo ciego, la irracionalidad conllevan muchas veces situaciones que no pueden repararse y que devastan una existencia. Cuando estamos a punto de ganar, es cuando más cuidado debemos tener, mayor serenidad y racionalidad.

Diego Zamora es joven, tiene mucho por vivir. Ha tropezado, pero debe levantarse. Muchos lo consideramos un excelente guardameta, debe responder a sus condiciones, retomar el arco con mayor serenidad, que el error cometido le sirva para no volverlo a cometer. Ha ganado mucha experiencia en esos dos fatídicos segundos. Todo pasa, y esto también pasará. No debe colgar los guantes, se los debe ajustar. Debe aprender a contener sus impulsos, entender que la furia no es la mejor consejera. Retomar sus entrenamientos físicos y comenzar el entrenamiento mental.

¿Qué nos queda a los hinchas? Después de llorar, serenarnos, apoyar a nuestro equipo con fervor y comprender que los futbolistas son personas como cualquier otra. Aceptar que el fútbol es un juego, no es la vida, se parece a la vida. Aplaudir el coraje de Zamora, ya quisiera verme en su situación…no creo que la sabría soportar. Hizo lo que pudo hacer, lo hizo porque en ese momento era lo mejor…no lo fue…pero nadie ve el futuro, si lo hubiese visto, se quedaba quieto en su área…y si igual hubiera sido gol…nunca lo sabremos.




[1] Errar es propio de cualquier hombre, pero sólo del ignorante perseverar en el error.
[2] Caioli, L. (2010) Messi la historia del chico que se convirtió en leyenda. Barcelona: Salsa Books.
[3] Viera, M. (2005) Un sentimiento…ser arquero. Valencia: Grupo Peña
[4] http://www.elgrafico.com.ar/2011/08/02/C-3688-viaje-a-la-mente-del-arquero.php
[5] https://www.youtube.com/watch?v=2Qe1yFlLkVw
[6] https://www.youtube.com/watch?v=n5gyGH4DOIA
[7] https://www.youtube.com/watch?v=b0Ux2ZvIGR0
[8] https://www.youtube.com/watch?v=HCTqLkKzWH0
[9] https://www.youtube.com/watch?v=nN_uCJkLDtY
[10] https://mundoportero.wordpress.com/2015/12/08/como-mejorar-el-juego-aereo-en-porteros/
[11] V.g. Riera, J. (1985) Introducción a la Psicología del Deporte. Barcelona: Martínez Roca.
[12] https://www.youtube.com/watch?v=FRDpZoJy8PI
[13] https://www.youtube.com/watch?v=V-olp8-tKHQ
[14] https://www.youtube.com/results?search_query=expulsion+etcheverry%2C+alemania+bolivia
[15] Burns, J. (2005) Maradona: la mano de Dios. Barcelona: Planeta.
[16] http://www.marca.com/tiramillas/actualidad/album/2016/11/23/58359e5de5fdea7b5b8b4586.html
[17] http://www.soy502.com/articulo/tras-derrota-barcelona-messi-fue-parranda-casino
[18] Azkargorta, X. (1984) El futbolista como hombre. Apuntes no publicados.
[19] Maradona, D. (2013) La hija de Dios. No es el Diego es mi papá. Buenos Aires:Sudamericana.
[20] Mora, J. A., & Blanca, M. J. (2007). Atención-concentración como entrenamiento para la mejora del rendimiento deportivo en jugadores profesionales de fútbol. Revista de psicología del deporte, 10(1).
Navarro Guzmán, J. I., Amar, J. R., & González Ferreras, C. (1995). Ansiedad pre-competitiva y conductas de autocontrol en jugadores de fútbol. Revista de psicología del deporte, 4(2), 0007-017.
[21] Peñas, C. L., Acero, R. M., & lo Vargas, F. S. (2007). El rendimiento en el fútbol. Una modelización de las variables determinantes para el FC Barcelona. Apunts. Educación física y deportes, 4(90), 51-58.
[22] http://ntn24.com/noticia/iker-casillas-recibe-apoyo-tras-ser-criticado-por-sus-actuaciones-en-las-ultimas-semanas-86770