martes, 15 de noviembre de 2016

Lógica relacional en psicoterapia



LÓGICA RELACIONAL EN PSICOTERAPIA
Por: Bismarck Pinto, Ph.D.

La filosofía empieza con el asombro. Y, al final, cuando el pensamiento filosófico ha hecho su mejor intento, el asombro permanece.
Alfred North Whitehead
Si la empatía se relaciona con la conmoción, la teoría de la mente lo hace con el pensamiento. Se trata de pensar cómo el paciente piensa. Nuestro cerebro es capaz de anticipar la conducta de los demás, es un órgano con la capacidad de anticiparse a los hechos. La teoría de la mente (ToM) hace referencia a la capacidad para comprender y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones y sus creencias. Se trata de una habilidad hetero-meta-cognitiva, en el sentido de un sistema cognitivo que toma cuenta del contenido de otro sistema cognitivo diferente de aquél. Es una especie de cognición social, al hacer referencia a la construcción hipotética del pensamiento ajeno a partir de la interacción dialógica.
El pensamiento es el responsable de organizar las estrategias cognitivas para resolver problemas. Su instrumento es la lógica. Parafraseando a Wittgenstein: el mundo no tiene lógica, la lógica está en nuestro cerebro. La hipótesis de Whorf indica que existe relación entre la gramática del lenguaje y la forma en que la persona conceptualiza el mundo. De ahí el vehículo para crear las hipótesis de la lógica del paciente se encuentra en la manera cómo habla.
Si partimos de una de las premisas fundamentales del enfoque sistémico: aprender el lenguaje del paciente; es deducible el pensar como el paciente piensa. Dicho de otra manera, ser capaces de ordenar el mundo como el paciente lo ordena. El cerebro humano tiene la mala costumbre de ordenar la realidad según sus categorías cognitivas, por ello el afán de clasificar.
En un estudio antiguo llevado a cabo en Uzbekistan por Luria, éste observó que las personas organizan su realidad influenciadas por el contexto cultural. Pidió a jóvenes y viejos la clasificación de lanitas de colores. Los jóvenes las ordenaron según el color base, por ejemplo, separaron verdes de amarillas, colocaron en las verdes aquellas con esa tonalidad y en amarillo las con tono amarillo. Los viejos en cambio tuvieron otro criterio de ordenamiento, juntaron amarillas con verdes indicando que son los colores de ciertas hierbas durante el verano y luego en el otoño.
Por lo tanto la lógica no condice con la certeza, apenas nos permite organizar el mundo. Dicho de otra manera, ¡no porque sea lógico es verdadero! La Terapia Racional Emotiva se ha centrado en los pensamientos irracionales como los ejes del comportamiento desadaptado, de ahí sus técnicas dialogales con el afán de lograr modificar dichos pensamientos. El éxito terapéutico de este enfoque ha sido notable.
La terapia sistémica ha recurrido a los principios de la Lógica Matemática fundada por Russell y Whithead. Emerge a partir del planteamiento de una paradoja. Debemos imaginar grupos que son miembros de sí mismos, por ejemplo un conjunto de ideas abstractas, en ese caso el grupo porque el propio conjunto es una idea abstracta. Por otra parte existen conjuntos que no son miembros de sí mismos, por ejemplo el conjunto de pelotas de fútbol no es miembro de sí mismo, porque en grupo no es una pelota. Russell se preguntaba si el grupo de conjuntos que no se incluyen en sí mismo forman parte de sí mismo. Esto es una paradoja porque si no forma parte de sí mismo, pertenece al tipo de grupos que no son parte de sí mismos, por lo tanto forma parte de sí mismo. Esto es, será parte de sí mismo si no forma parte de sí  mismo.
Esta paradoja se ejemplifica con la historia del barbero: “en un lejano poblado de un antiguo emirato había un barbero llamado As-Samet diestro en afeitar cabezas y barbas, maestro en escamondar pies y en poner sanguijuelas. Un día el emir se dio cuenta de la falta de barberos en el emirato, y ordenó que los barberos sólo afeitaran a aquellas personas que no pudieran hacerlo por sí mismas. Cierto día el emir llamó a As-Samet para que lo afeitara y él le contó sus angustias: en mi pueblo soy el único barbero. No puedo afeitar al barbero de mi pueblo, ¡que soy yo!, ya que si lo hago, entonces puedo afeitarme por mí mismo, por lo tanto ¡no debería afeitarme! Pero, si por el contrario no me afeito, entonces algún barbero debería afeitarme, ¡pero yo soy el único barbero de allí! El emir pensó que sus pensamientos eran tan profundos, que lo premió con la mano de la más virtuosa de sus hijas. Así, el barbero As-Samet vivió para siempre feliz y barbón[1][2]”.
Las clases agrupan a los tipos, de tal manera que un tipo no puede ser clase de sí mismo Los componentes de un grupo se seleccionan a partir de sus propiedades, sin embargo es importante reconocer las relaciones que establecen entre ellos. No es posible una definición sin considerar las relaciones, no puede existir el concepto de mujer sin la existencia de su distinción: varón.
Otro principio matemático puede ser útil a la hora de comprender la configuración del mundo hecha por los pacientes: el teorema de Gödel. Es conocido como “teorema de la completitud lógica de primer orden”. Señala: “todas las verdades lógicas expresables mediante el sistema son demostrables dentro del mismo sistema”. Trasladado al ámbito de los procesos cognitivos, implica la posibilidad de que cualquier sistema lógico puede ser demostrado como falso si es posible sacarlo de su contexto.
Tanto la teoría de los tipos como el teorema de Gödel nos muestran la concordancia con el postulado de Wittgestein, así mismo se subraya lo siguiente: no porque tenga lógica es verdadero. Si entendemos a la verdad como lo hace Popper: no es posible una verdad absolutamente segura. La verdad es una afirmación cercana a la certeza, jamás es la certeza porque la verdad necesariamente ocasiona dudas. La verdad es siempre tenue, pues hace referencia a la probabilidad. El conocimiento científico no ofrece certezas sino sistemas de hipótesis o anticipaciones. La verdad se identifica porque siempre irá acompañada de la palabra “probable”, más o menos probable, más o menos cerca de la certeza.
El cerebro humano reduce la incertidumbre del mundo a través de la búsqueda de sentido lógico. Para ello recurre al razonamiento entendido como las actividades cognitivas organizadas a través de la conexión entre las ideas siguiendo ciertas reglas, permite pasar de unas preposiciones a otras, partiendo de lo sabido o de lo supuesto. La función del razonamiento es la solución de problemas.
Existen dos tipos fundamentales de razonamiento, el deductivo y el inductivo. El primero, parte de lo general a lo particular, el segundo viceversa. Para referirse al razonamiento deductivo se recurre a la validez de las hipótesis, para el inductivo a la probabilidad. El razonamiento inductivo se fundamenta en la experiencia, el deductivo en la especulación.
En la deducción se sigue necesariamente al postulado de premisas. Si las conclusiones son acertadas se presume la validez de las premisas, caso contrario el razonamiento no es válido. Los argumentos son válidos cuando es imposible la falsedad de la conclusión. Aquello planteado en la conclusión estaba en las premisas, veamos un silogismo:
a) Todos los perros son animales
b) Fido es un perro
c) Por lo tanto Fido es un animal
La conclusión no puede sino ser verdadera. Sin embargo podemos plantear silogismos verdaderos pero no reales, por ejemplo:
a) Todos los perros hablan
b) Fido es un perro
c) Por lo tanto Fido habla.
Es lo que ocurre cuando se parte de premisas falsas, podemos alcanzar conclusiones lógicamente verdaderas pero sustentadas en mentiras. Ocurre con el Psicoanálisis, parte de una mentira, la existencia indemostrable del inconsciente.
En el razonamiento inductivo se parte de datos particulares. Esto sucede cuando se observa la repetición de sucesos por lo cual se puede prever la probabilidad de aparición de uno más. Si vemos que llueve después de la aparición de nubes negras, entonces ante la visión de una nube negra es probable la lluvia. Se generaliza para todos los componentes de un grupo la propiedad observada en un número finito de casos.
Es posible añadir a estos razonamientos otra manera de resolver problemas: la intuición. Se trata de una forma de resolver problemas ajena a la razón, la persona actúa en base a sus sentimientos. Es el insight referido por los guestaltistas, la toma de conciencia inmediata, sin participación del razonamiento. También hace alusión al presentimiento, el asumir una consecuencia sin tener manera de explicarla.
Los estudios de Le Doux han demostrado la existencia de dos vías neuronales en el procesamiento de la información: la inmediata y la mediata. La primera se relaciona con respuestas autónomas gestadas en las regiones subcorticales, esta vía nos hace actuar sin darnos cuenta de los motivos. La segunda está mediada por la corteza cerebral, implica un proceso de interpretación. Por lo tanto, la intuición ocurre en todos los seres humanos, no es un privilegio de algunos. En mi experiencia clínica es frecuente la esposa conocedora de la infidelidad del marido sin tener evidencias tácitas. También es sabida la notable intuición de los matemáticos como la notable capacidad de los músicos para intuir la desafinación.
A estas tres formas de organizar la solución a los problemas, vale la pena agregar el “pensamiento lateral” explicado por Edward de Bono por primera vez en 1967. Se refiere a la búsqueda de soluciones a los problemas que no se enmarcan en las pautas lógicas tradicionales, se fundamente en ideas originales con caminos alternativos de resolución. Hace alusión a la creatividad, parte de los estudios de Guilford y Torrance quienes definen los factores componentes de la creatividad: flexibilidad, originalidad, fluencia y elaboración. De Bono sistematiza la manera de pensar creativa, desarrolla técnicas para el aprendizaje de esta forma de pensar. No se trata de abandonar el razonamiento, al contrario se lo debe afianzar luego de haber realizado las preguntas necesarias acerca de la perseverancia inútil.
Finalmente es necesario identificar el estilo cognitivo, Kagan, Moss y Siegel identificaron tres estilos: estilo descriptivo-analítico: tendencia a dividir el estímulo en partes para después categorizarlo a partir de sus propiedades. Estilo relacional-contextual: los componentes se agrupan partiendo de su relación funcional, temporal o espacial. Estilo categórico-inferencial: las categorías se establecen a partir de inferencias sobre los estímulos del campo perceptual. Finalmente se identificó el compás perceptual, como un factor ocurrente entre la impulsividad y la reflexión. Los descriptivos analíticos son más reflexivos.
Witkin establece dos estilos cognitivos básicos, el dependiente y el independiente de campo. Los independientes son personas capaces de sustraerse de los estímulos del entorno para tomar sus decisiones, al contrario de los dependientes.
Veamos algunos errores típicos de los pacientes. Aplicando la teoría de los tipos lógicos, es común en las parejas tratar de resolver problemas de clases distintas con lógicas inadecuadas. Por ejemplo, la clase esposos requiere el uso de análisis racional de los problemas mientras que la clase pareja no. Muchos matrimonios en crisis económica introduciendo al amor como solución, logrando con ello crear problemas en la clase pareja.
Considerar a la infidelidad como un tipo de la clase matrimonio es un error, hace parte de la clase personal del infiel, es más, la persona infiel lo es para proteger su matrimonio, evita la intromisión de su relación extramarital dentro de su vinculación matrimonial, por eso no puede haber infidelidad sin la existencia del matrimonio.
La manifestación de los síntomas hace alusión al teorema de Gödel, fuera del sistema del síntoma, éste no tiene sentido. La persona anoréxica parte de una premisa equivocada, por ejemplo: “si adelgazo lo suficiente podré ser feliz”, como es imposible la realización de la meta, la anorexia se hace perseverante hasta el infinito porque fuera del sistema lógico de la paciente, esa lógica no tiene sentido, sólo lo tiene para ella.
Acceder al mundo de los pacientes obliga a desarrollar una buena teoría de la mente. Mirar la realidad desde la lógica del otro, cómo le da sentido a su mundo es entender cómo lo ordena lógicamente. Es necesario razonar con el método utilizado por el paciente, deductivo, inductivo o intuitivo. Es imprescindible ubicarnos en la independencia o dependencia de campo para poder influir positivamente para el cambio.


[1] López Mateos, Manuel (1978). Los Conjuntos. México D.F.: Publicaciones del Departamento de Matemáticas, Facultad de Ciencias, UNAM.
[2] Sin embargo, hay una solución creativa a este problema: el barbero se afeita a sí mismo porque es mujer.

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